Este examen se realiza para detectar problemas en el bebé durante el embarazo (el examen se hace como parte de una serie de exámenes más grande llamada prueba de detección cuádruple); para diagnosticar ciertos trastornos hepáticos; examinar y vigilar algunos cánceres (de hígado, testículos u ovarios).
Los niveles normales de alfa-fetoproteína (AFP) en el plasma sanguíneo son muy bajos, aunque pueden incrementarse ligeramente durante la gestación. Si los niveles son mayores, puede ser síntoma de un proceso patológico.
Los dos casos más importantes que provocan un incremento de la AFP en un adulto son el cáncer de testículo y el carcinoma de células hepáticas, este último eleva muchísimo los niveles de AFP.
Cuando la AFP aparece en adultos, puede servir como un marcador tumoral. Ella es una proteína que normalmente sólo se produce en el feto durante su desarrollo.
Los niveles de AFP superiores a lo normal, arrojados por esta prueba, pueden deberse a: cáncer en testículos, ovarios, vías biliares (secreción hepática), estómago o páncreas; cirrosis del hígado; cáncer del hígado; teratoma maligno; recuperación de hepatitis; problemas durante el embarazo.